Los 10 errores a evitar si quieres ser abogado
Los 10 errores a evitar si quieres ser abogado
¿Quieres ser abogado? En Letradox llevamos unos años ejerciendo esta preciosa profesión. Por ello, hoy queremos ayudar a todos aquellos abogados jóvenes que empiezan con consejos que nos hubiera gustado saber desde el principio.
Si eres estudiante, recuerda que en el apartado formación de esta web de Letradox encontrarás lo que estás buscando, seguro!
– 10 consejos al iniciar la práctica de la abogacía
– Error estar aislado del mundo de la abogacía. Consejo: formar parte de una asociación jurídica para rodearte de los tuyos. Objetivo: dar y recibir consejos.
Es conocido que, el mundo de la abogacía es un sector muy muy competitivo. Muchos profesionales entienden que el resultado marca la diferencia. Ellos se olvidan de que la excelencia proviene del trabajo, esfuerzo continuado, y, sobre todo, del compañerismo:
Según la RAE, compañerismo es ‘’vinculo que existe entre compañeros’’,
pero también, y más importante, ‘’la armonía y buena correspondencia entre compañeros’’.
¿Quién no ha escuchado alguna vez eso de… tal compañero de mi despacho pisa a cualquiera para llevarse todos los asuntos; o… no he preguntado sobre ‘x’ duda para no mostrar debilidad ante mis compañeros?
También pueden surgir envidias por fijarse en el compañero de en frente antes que en tu propio trabajo. Y muchas más situaciones en las que se denota esa falta de compañerismo.
Por eso, que el alcanzar el objetivo propuesto por tu superior o en tu propio despacho, no te lleve a trabajar de forma aislada. Es decir, evita no ayudar al de al lado a no conseguir su meta y superar los objetivos establecidos por el mero hecho de no sentirme inferior o no realizado.
Además, es imprescindible entender que, desde el principio es mejor llevarse bien entre compañeros. Y evitar conflictos para llegar a un punto de inflexión común y conseguir objetivos colectivos e individuales de la forma más profesional y eficaz posible.
Este aislamiento se puede ‘’corregir o mejorar’’ formando parte de cualquier asociación a fin a tus gustos jurídicos. El simple hecho de ser asociado influye en tu agenda de contactos, amplias (quieras o no) tu red. Por un lado, conocerás y podrás intercambiar opiniones y puntos de vista, experiencias,…, y, por otro, podrás pedir consejos cuando lo necesites en uno de tus asuntos. O sencillamente, compartir tus errores para que otros no los cometan.
Con todo ello, objetivo ‘’anti-aislamiento’’ cumplido. Facilidad de dar y recibir consejos a los tuyos.
El punto __ nos lleva al siguiente: Error: estancamiento en tus conocimientos. Consejo: Continúa formación. Objetivo: adaptarte a los cambios jurídicos y sociales.
El Mundo es cambiante, por tanto, el jurista ha de ser igual, cambiante. Ha de estar alerta para adaptarse, e incluso, anticiparse a lo que está por venir en la sociedad. Y por supuesto, en la integridad del ordenamiento jurídico.
‘’Acabé mi carrera, por fin ya no voy a tener que estudiar más’’. ¡Error! Un abogado tiene que tener la mente abierta para estudiar cada asunto, conocer todos sus detalles para dar la mejor defensa posible a su cliente.
Si bien es cierto que, los conocimientos básicos ya se habrán retenido en tu cabeza tras obtener el título en graduado (o licenciado), lo que marca la diferencia es la capacidad de dedicación, lectura, comprensión, adaptación y estudio en profundidad sobre cada una de las problemáticas que lleguen a tu despacho.
Además de lecturas de manuales, doctrina, jurisprudencia… es muy aconsejable el acudir a conferencias sobre temas controvertidos de la actualidad o de interés propio. Se suelen organizar por Asociaciones, por ello, está en estrecha relación con el punto anterior: si perteneces a una asociación, podrás participar en multitud de coloquios, congresos, seminarios… de forma gratuita o con descuentos y así, complementar tu actividad formativa continuada.
Otra de las vías es la escritura, hoy en día, es necesario tener un blog (o video-blog) donde poder mostrar tus inquietudes y tu forma de expresarte en los temas de tu interés y de actualidad para que, compañeros o potenciales clientes confíen en ti como persona estudiosa y profesional de la abogacía.
En conclusión, se puede decir que el abogado está abocado al estudio intensivo, es vocacional y no se puede olvidar de su fin último: adquirir las competencias oportunas para lograr la mejor defensa. Por ello, no implica leer por leer, formar por formarse, sino que, debe tener un claro objetivo: el conocer en profundidad el caso concreto que se ha planteado para resolverlo con las mejores herramientas posibles.
– De punto en punto, y tiro por que me toca, en conexión con el anterior. Error: olvidarse de las ramas jurídicas básicas por excesiva especialización. Consejo: mente abierta a disciplinas jurídicas fundamentales. Objetivo: no cometer errores en situaciones elementales.
‘’No se puede empezar la casa por el tejado’’, aplicando esta conocida expresión al mundo jurídico, no se puede empezar a estudiar las excepciones (que no son pocas) o los detalles, sin conocer primeramente los pilares esenciales y los conocimientos básicos de la disciplina que corresponda. Es por ello, que se aconseja una visión amplia del Derecho, pues te va a ayudará a conocer sus especialidades sin cometer errores cardinales.
– Error: aceptar todos y cada uno de los asuntos que asomen por la puerta de tu despacho. Consejo: desechar aquellos temas que no sean de tu interés o que, por tus estudios previos no puedas ofrecer una excelente resolución al cliente. Objetivo: conocer tus habilidades y capacidades, así como gestionar tu tiempo de forma organizada y eficaz.
No puedes aceptar todos los asuntos pues, las horas de tu jornada laboral no abarcan para resolver de conformidad con aquellos principios de formación continuada y estudio intensivo. Excepto que busques ganar dinero y, en consecuencia, dar un servicio mediocre al cliente. Por ello, ’’saber decir que no, es esencial para lograr la productividad idónea en tu despacho’’.
Tal productividad se puede lograr siendo fiel a un plan organizado en tu agenda. De lo prioritario a lo menos esencial; de lo más fácil, a lo más difícil para tener más horas en lo que resulte más complicado; desde saber delegar a revisar los escritos para no enviar errores importantes al Juzgado de turno; sin olvidarte de preguntar dudas en caso de bloqueo en cualquier apartado del caso, …
– Error: asumir que el caso está ganado. Consejo: entender y hacer entender a tus clientes que ofreces un servicio. Y que, ese servicio no es de resultado. Objetivo: ser valorado por tu trabajo a lo largo de la prestación del servicio para intentar obtener el resultado que busca el cliente
La prudencia y la profesionalidad deontológica son las claves para conseguir este objetivo.
– Error: desatender a clientes anteriores y no focalizar el sector en el que buscar. Consejo: no olvidarse de los clientes, buscar en sectores específicos al cliente que desees. Objetivo: conservar y crear una red de clientes amplia.
No por lanzar una oferta general en Internet, vendrá el cliente al ámbito que tu desees, de ahí que sea necesario filtrar lo máximo posible las cualidades pretendidas para encontrar el potencial cliente. Es decir, un ejemplo sencillo puede ser el siguiente:
– Tu despacho está especializado en Derecho Civil, pero concretamente, quieres llevar asuntos de responsabilidad extracontractual derivada de accidentes de tráfico. Lo que no se debería hacer en este caso es ofertar servicios en asuntos civiles generales, pues posiblemente se obtengan clientes en cláusulas suelo, o en asuntos más demandados en ese momento, sin encontrar el asunto pretendido por lanzar la oferta generalizada.
El boca a boca, las recomendaciones personales, de familia en familia, de vecino en vecino, son vías eficaces para crear tu propia red de clientes. Para ello, sencillamente debes tratar con respeto y ofrecer a lo largo del procedimiento la seguridad y confianza personalizada a cada uno de tus clientes.
El boca a boca no sólo funciona a través de la palabra, sino que, en la actualidad es necesario crear una marca profesionalidad en cada una de las redes sociales con el objeto de que se comparta o se recomiende tu buena actuación en un asunto, tu blog sobre una materia específica, las asistencias a eventos o conferencias para hacer ver tu intención formativa, …
– Error:
Con respecto a la coligación / seguros de abogados…
– Error: no detallar la Hoja de Encargo. Consejo: indicar cualquier incidencia que pueda surgir y su consecuente solución. Objetivo: evitar inseguridades y conocer los aspectos jurídicos por los que se va a regir la relación profesional.
Lo ideal sería realizar una Hoja de Encargo personalizada para detallar en el caso concreto las particularidades que pueden surgir; sin embargo, es común crear una Hoja de Encargo que sirva para la totalidad de los casos. Ésta es lo más extensa posible abarcando cada uno de los puntos controvertidos entre el cliente y el abogado prestador del servicio.
La consecuencia de no detallarlo devendrá en procedimientos para reclamar cantidades por provisión de fondos o asignación de costas (mediante la ‘’jura de cuentas’’ del art. 35 de la Ley de Enjuiciamiento Civil). Entre muchos otros, como el derecho a desistir del procedimiento o la finalización de forma anticipada.
El objetivo final es asegurar la credibilidad del cliente a través de una prestación efectiva, y el pago efectivo y la forma de cobro de los honorarios estipulados. De no ser así, todo ello será más difícil acreditarlo. Por ejemplo, qué % de la condena en costas pertenece al cliente y qué % al abogado.